Hacía mucho tiempo que había dejado su hogar para emprender
su propio camino, dejando tras sí un pasado que ahora poco recordaba y que solo
evocaba en ella sentimientos que una vez la hicieron feliz. Había dejado todo,
pero esos recuerdos aun seguían con ella, enredados en cada uno de sus nervios,
pero ella se escondía de ellos, se escondía de ese amor que no pudo ser.
Ahora caminaba sin rumbo por las calles de Londres, sentía
como el gélido aire invadía cada fibra de su ser pero eso no la derrumbaba,
caminaba sin prisa con las manos escondidas en su fina gabardina, guardando en
ellas un poco de calor y cordura.
Escuchaba sonidos que invadían sus sentidos en cada rincón,
en un elegante café, una boutique o en una de aquellas antiguas librerías, cada
una emitía lenguajes diferentes, pero así era Londres, una variedad de culturas
mezcladas.
Prestaba poca atención a lo que la rodeaba, solo se dejaba
guiar por sus pensamientos, aquellos pensamientos que pensaba habían quedados
olvidados en lo más profundo de su ser y sin embargo hoy la acechaban, tan
nítidos como la primera vez.
Caminaba cerca de la Abadía de Westminster, escuchando el
fragor de las calles, la gente se arremolinaba en varios puntos de la ciudad y
aquel era uno de ellos, admirado por miles de turistas que se perdían en las
delicias de Londres, pero ella no paró ahí, siguió caminando hasta aquel lugar
que vislumbraba ante si poco a poco, aguardando un poco de serenidad dentro de
sí.
Parecía que un sendero se abría ante ella, custodiado por
magnificas flores de una variedad sin fin de colores que emanaban exquisitos
olores a su paso invitándola a entrar, fue entonces que su mente acallo todos
esos pensamientos y se dejo llevar por el ocaso.
Veía a familias caminar lentamente por aquello senderos,
niños correr por todos lados envueltos en pura inocencia y parejas caminando de
la mano, perdidas en expresiones silenciosas. Ella evitaba la mirada de la
gente y se sentó en una banca a la orilla del lago central del parque St.
James, contemplaba el lago habitado por aves que se posaban en su superficie,
pero eran aquellos hermosos cisnes que perturbaban las aguas con sus sutiles
movimientos, y en cada onda que creaban se veían los matices del
crepúsculo dibujados en las dulces
aguas, los que atrapaban su nostálgica
mirada.
By Pandora
Hola!, ya somos 40!, gracias a todos por seguir este pequeño rincón, de ahora en adelante ya tendre mas tiempo de publicar, es que con la escuela y el hospital apenas me alcanza el tiempo, bueno aqui les dejo este texto, con este quede en 4to lugar en el concurso FOREVER y a mi me da nostalgia cuando lo leo, espero les guste :)