Se sienta a su lado y aguarda, escucha
la música pero no la siente. Voltea a su lado y entonces la ve, la observa
detenidamente sin ningún temor a que ella se dé cuenta, pero de algún modo no
lo hace. Espera, pero nada sucede. La curiosidad crece dentro de él y se torna
casi insoportable, entonces toca su hombro y llama su atención.
-Hola- pronuncia él y entonces puede
observar de frente a aquella hermosa joven, sonriente y frágil, y aquellos
largos rizos que caen a lo largo de su delgada silueta.
-Hola-responde dulcemente ella. Él
tarda en percatarse y siente una culpabilidad atroz cuando lo hace, ella no ve.
Piensa en marcharse, pero algo lo retiene y el no lucha por liberarse. Ella
aguarda por un momento, pero luego vuelve a perderse con el sonido de la
música.
-Quisiera mostrarte algo- dice él
repentinamente como si supiera que era algo que debería hacer. Ella voltea
nuevamente, un poco consternada.
-No sé si te has dado cuenta, pero yo…-
logra decir ella un poco avergonzada.
-Lo sé, pero te voy a mostrar una
nueva forma de sentir el mundo-. Dijo él dulcemente, con la mirada pérdida en la multitud de aquel
lugar, buscando su punto de inicio para su historia y de pronto sabe por dónde
empezar.
-Bien- dice ella con una sonrisa
dibujada en su delicado rostro y espera. Ambos esperan, y la música comienza,
el tango empieza a inundar con sus notas características el centro de la
ciudad, la gente se acerca para observar a las parejas dejándose seducir por
aquella danza mortal.
-“La multitud se torna alrededor de
ellos, aquellos danzantes frente a nosotros- comienza a narrar él para ella
mientras todo acontece a su alrededor y continua sin detenerse.- Sus cuerpos se
mueven con cada nota, la música ha seducido sus sentidos y ellos no dejan de
bailar, él posa sus manos sobre la cintura de aquella bella joven y ella se
deja envolver. Sus movimientos son
ágiles, precisos, emanan belleza con cada paso, pasión en todos los sentidos,
pero hay algo más, algo que los demás no ven, es una pareja, una pareja que
coexiste más allá del baile. Ella lleva un vestido negro que se ajusta a su
silueta y tiene una larga cabellera que cae a lo largo de su cuerpo, como el
tuyo- él sonríe y nota el leve sonrojo de ella sobre sus suaves mejillas.- Ellos bailan para sí, no para el público y a
pesar de que hay más parejas bailando, todo mundo los observa a ellos,
demuestran la esencia del tango, sabes, ellos hacen el amor en la pista.- para
por un instante y observa su rostro, sabe que se ha perdido en la historia,
sigue sonriente, incluso parece feliz y continua antes de que se dé cuenta de
que ha parado.- De pronto, la música se detiene por un momento como si llegara
al clímax y ellos se detienen inconscientemente, agitados, tratando de
sincronizar sus respiraciones, lo que
parece ínfimo se prolonga y la música continua, pero ellos permanecen inmóviles,
ajenos a la realidad, aguardando pacientemente, son el desenlace. Ambos se
miran, parece que comunican algo más que una simple mirada, como si sus almas
hablarán en un lenguaje secreto, eso que le llaman amor. Sus rostros se acercan
y sus labios se tocan, esperan y sucumben ante el deseo. La pasión se desborda
en aquel beso, pero él la trata con delicadeza. Los límites se pierden,
imposible separar dos almas que han estado unidas siempre”- puntualiza él,
creando una historia que ella pudiera ver.
Ella se ríe, es el sonido más
celestial que él jamás había escuchado, era dulce, pero sobre todo real. Ella
desprende una cubierta pero él no teme abrirse ante ella.
-¿Qué pasa?- pregunta él, uniéndose a
su melódica risa.
Suspira por un momento y responde, -Eres
muy bueno narrando historias, deberías escribir sabes, ¿alguna vez lo habías
pensado?, si, seguro que sí, los talentos son imposibles de ignorar sobre todo
cuando sientes amor por ello-.puntualiza ella.
Él ríe amargamente con ese
pensamiento, -Tienes una agudeza mental que podría desenmarañar el corazón de
cualquiera-.
-Posees un talento innato, me has
hecho ver lo inimaginable, he podido ver a través de tus palabras y he
saboreado cada una de ellas en mis pensamientos, y mi ser ha podido sentir
todas aquellas sensaciones descritas, anheladas e impulsivas, ¿Qué tan factible
puede ser eso?, si la escritura no es una forma de vida, entonces no sé lo que
es.-sonríe ella.
-Entonces, déjame mostrarte una forma
de vida.- dice él mientras extiende su mano invitándola a recorrer una noche al compás de un tango.
Ella siente su deseo de mostrarle, y
sin verlo toma su mano. Ambos caminan entre la multitud, llegan al centro de la
música y ahora ellos son el corazón de aquella danza pasional.
By Pandora