Llego el momento en que todo se había
corrompido. Las lágrimas buscaron escape, aquellas que habían estado contenidas
dentro de si durante mucho tiempo. Buscaban precipitarse sobre su rostro y
romperla en mil pedazos, sentía como si un dolor abrasador recorriera su
garganta, asfixiándola lentamente, matándola por dentro.
La realidad se había agolpado por todo
su cuerpo y le hacía frente. La tristeza
y el dolor fueron consumiendo su alma, aquellos sentimientos que creyó haber
dejado resguardados en lo más profundo de su ser, pero estos poco a poco se
fueron arremolinando en un mar de autodestrucción, sabía que en cualquier
momento explotaría.
Aun cuando creyó que había sido fuerte
durante todo este tiempo, solo había logrado esconderse tras una fina máscara,
la más hermosa y brutal.
La fatalidad hacia presencia en ese
momento en que ínfimas lágrimas se apresuraban a su encuentro, nublando más su
visión. Miró su reflejo y dejo que el llanto sucumbiera.
-Ya
no puedo más-.sentenció sin dejar de mirarse.
-Ya
no puedo más-.se repitió entre sollozos.
Se llevó ambas manos a su rostro como
si con ellas pudiera tocar sus defectos, tiro de sus oscuros cabellos
administrando una dosis extra de dolor. El maquillaje sobre sus ojos recorría
su rostro deformando sus delicadas facciones, agravando su reflejo. Sus propios
gestos le eran irreconocibles. Sin pensarlo golpeo fuertemente el espejo en que
se hallaba su reflejo, tratando de derrumbar aquella debilidad que había
corrompido su alma.
El cólera se empezó a adueñar de ella,
volvió a golpear el fino cristal, dejando escapar un grito de su ser,
fragmentando el espejo en cientos de pedazos, desfigurando por completo su
imagen. En ese instante se sintió desfallecer, se dejó caer en el frío suelo,
tomo sus piernas entre sus brazos, tratando de atrapar el poco calor que le
quedaba. Ya no sabía si era dolor o locura.
Su mano sangraba profusamente, observó
uno de los fragmentos a unos centímetros de ella y dejo que este terminará de
rasgar su piel, permitiendo que la sangre fluyera fuera de sí, dejándola sin
vida con cada gota perdida, terminando con el dolor y la locura del momento.
By Pandora