El se había alejado sigilosamente,
dejó de escuchar su voz, de sentir la calidez de su cuerpo durante esas noches pasivas y del dulce sabor de sus labios sobre los suyos, y aquellas manos que solían recorrer sus cuerpo con una suave caricia que despertaba en ella placeres desenfrenados, arrebatos pasionales que poseían a ambos durante noches intensas en que sucumbían ante el deseo, de leer sus pensamientos hasta que el silencio se filtro en sus almas entrelazadas desvaneciendo lo que el destino había
construido. Los granos de arena seguían contando el tiempo, pero ellos ya no
existían, sino solo un vago recuerdo de un pasado dulce y fugaz, pero ella oculto esos
recuerdos, convirtiéndolos en memorias carentes de sentimientos, impidiendo que su corazón se detuviera, sosteniendo lo que quedaba entre sus manos. Lo perdió de
vista en el camino, pero nunca volvió la vista atrás ni dejo que las lágrimas recorrieran sus mejillas con su amargo sabor, solo siguió la suave
brisa de aquel pasaje otoñal, buscando las piezas de lo que alguna vez perdió.
By Pandora